Usando solo desechos como materia prima, los científicos de NTU han encontrado una manera de crear biocemento, haciendo que la alternativa al cemento regular sea aún más ecológica y sostenible.
Fuente: Universidad Tecnológica de Nanyang
Este biocemento ya se está utilizando en pruebas para fortalecer la arena en las costas de Singapur y para restaurar las tallas de roca en China.
Los científicos de la NTU utilizaron dos materiales de desecho comunes, lodos de carburo industrial y urea, de la orina de los mamíferos, para crear esta forma renovable de cemento.
Cuando se agregan bacterias a la mezcla y la solución resultante se rocía sobre el suelo o la arena, se produce una reacción de endurecimiento que une las partículas del suelo en un bloque sólido.
Los investigadores dicen que su biocemento puede convertirse potencialmente en un método sostenible y rentable para mejorar el suelo, reducir la erosión del viento o el polvo en el desierto o construir depósitos de agua dulce en las playas o en el desierto.
Una gran ventaja del método del equipo de NTU en la formulación de biocemento es que la solución es incolora. Cuando se aplica al suelo, arena o roca, se conserva su color original.
Esto lo hace útil para restaurar monumentos y artefactos rocosos antiguos. El biocemento se ha utilizado para restaurar piezas rotas, como los dedos de las manos de un Buda de las tallas rupestres de Dazu, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en China.
El proceso de fabricación de biocemento requiere menos energía y genera menos emisiones de carbono en comparación con los métodos tradicionales de producción de cemento. El biocemento se produce a temperatura ambiente sin quemar nada y, por lo tanto, es un proceso más ecológico, menos exigente en energía y neutro en carbono.