El proyecto entabla un sutil diálogo con su entorno, reflejado en su escala, proporciones, ritmos y arquitectura, que es a la vez poderosa y mesurada, sobria y rica.

Fuente: Arquitectura y empresa

Descripción del texto proporcionada por los arquitectos: “Nuestra ambición es crear un edificio emblemático impregnado de autenticidad, una arquitectura que evoque nuestro patrimonio. El contexto local se pone de relieve para establecer una fuerte identidad, al tiempo que se añade un toque decididamente contemporáneo que refleja nuestro tiempo. En un guiño a la arquitectura tradicional, hemos utilizado materiales locales como el mármol travertino volubilis, coronado con motivos geométricos inspirados en la herencia marroquí, y paneles perforados que recuerdan a los «moucharabiehs». Los motivos tradicionales de estos paneles adornan las fachadas del proyecto, dándole una identidad inspirada en el sur de Marruecos”.

El proyecto entabla un sutil diálogo con su entorno, reflejado en su escala, proporciones, ritmos y arquitectura, que es a la vez potente y comedida, sobria y rica. Las diferentes partes de la facultad se caracterizan por expresiones arquitectónicas que las hacen fácilmente identificables, garantizando tanto la riqueza de la arquitectura como la diversidad de la experiencia espacial. Sin embargo, la armonía global del proyecto se consigue mediante el tratamiento meticuloso de las fachadas y la adopción de un lenguaje arquitectónico basado en la sencillez, el refinamiento de las masas y la geometría de los volúmenes.

La silueta del edificio se proyecta en el espacio, formando una estructura fuerte en su simbolismo, una huella que realza el paisaje urbano. Desde el interior, los usuarios disfrutan de atmósferas agradables, una suave luz natural y un espectacular juego de luces y sombras en las fachadas a lo largo del día. Al caer la noche, esta percepción se invierte y el efecto dramático se percibe desde el exterior: la fachada se mueve continuamente a través de los haces de luz que escapan de los patrones, emanados de los espacios iluminados, al ritmo de las actividades que tienen lugar en el interior de la facultad.

La atmósfera general del proyecto se ve realzada por el color, que transforma el espacio a medida que cambian el sol y las estaciones. Esto se debe al tono ocre de las paredes, que contrasta con el cielo azul de Laâyoune y el verdor del jardín/oasis situado a la sombra de la masa del edificio. Las paredes de mármol travertino confieren al proyecto un encanto único, con sus ricas texturas y sus líneas variadas y onduladas en diferentes tonos, típicas de esta piedra natural.

SAMA ARCHITECTES
Escrito por Doha Mahmoudi de MARRUECOS
Fotografías de Samir Khaldoun.

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