Empresa apostó por esta técnica para levantar casas en Texas que ya están en venta. Expertos consideran este hito como el inicio de una nueva era en el desarrollo de viviendas.
Fuente: El diario inmobiliario
La necesidad mundial por abaratar costos y reducir la contaminación en la construcción de viviendas, ha acelerado el desarrollo de innovaciones en el sector. Muchas de la esperanzas por lograr esos objetivo están hoy puestas en la impresión de hormigón en 3D.
Se trata de una técnica de construcción –también conocida como manufactura aditiva– que permite construir viviendas en un tiempo de 24 a 48 horas y de forma más sustentable. Esto, gracias a la precisión de impresoras y robots que crean estructuras de hormigón y otros materiales de construcción en tiempo récord y prácticamente sin generar escombros, además de prescindir de los encofrados (sistema de moldes con el que se da forma al hormigón).
En Texas, Estados Unidos, en el marco de un proyecto de barrio residencial, la empresa de tecnología de construcción ICON apostó por esta técnica para levantar siete casas que ya están a la venta con un nuevo prototipo de vivienda en 3D. Ello ha sido definido como un hito por expertos del área, ya que se lo considera como el inicio de una nueva era en el desarrollo de viviendas.
Las viviendas están situadas en Wimberley Springs, una zona residencial a 65 km al sur de Austin, en Texas, lo que ha generado atención internacional por lo moderna y habitable que se ven las propiedades residenciales. El proyecto ha sido bautizado como AlphaBeta Z.

“Se trata de una impresionante vivienda de cuatro dormitorios de 380 metros cuadrados íntegramente impresa en 3D, cuyo aspecto más revolucionario ha sido su proceso de construcción que ha permitido levantar la vivienda en tan solo cinco meses. Un 50% menos que una construcción estándar en la región”, según la empresa.
“La casa es un testimonio de la fusión entre funcionalidad y diseño innovador gracias a su distribución lujosa y espaciosa. AlphaBeta Z se organiza a través de dos alas que se ramifican desde un gran salón central, albergando dormitorios y espacios comunes respectivamente”, agrega Idealista, portal especializado en el sector inmobiliario.
Las paredes están impresas en 3D con CarbonX, un material cementoso de bajas emisiones de carbono patentado por ICON, que no solo son estructuralmente sólidas, sino también ecológicamente responsables. Además, el resistente sistema de muros de hormigón no solo es estéticamente agradable, sino también altamente funcional, mejorando la eficiencia energética al ralentizar la transferencia de calor.
La firma está ofreciendo a los compradores opciones personalizadas, como la elección de paredes “lisas” o “texturizadas” hasta diferentes paletas de colores para el interior
Wimberley Springs es el segundo gran proyecto de la empresa en barriadas impresas en 3D. Le sigue a otro proyecto de éxito, el Wolf Ranch, situado en Georgetown, también Texas. En él, se han impreso 98 casas de las 100 proyectadas, demostrando que la escalabilidad que ofrece esta tecnología.
Chile no se ha quedado atrás
En el país hay varias iniciativas en marcha. Su aplicación aún no es masiva, pero eso podría cambiar pronto. La arquitecta Verónica Arcos, docente de la Universidad Técnica Federico Santa María y CEO de Concretet3D Architecture (Spinoff de esta casa de estudios), en conversación previa con nuestra medio, indicó que la impresión 3D permite la creación de estructuras complejas mediante la adición de materiales capa por capa, utilizando un diseño digital previamente creado.
Esto no sólo permite una precisión y detalle sin precedentes, sino que también reduce significativamente el tiempo y los costos asociados con los métodos tradicionales de construcción, justamente lo que hoy se requiere en medio del incremento de nuestro déficit habitacional.
En noviembre pasado, en tanto, se inauguró la primera vivienda impresa en 3D en Chile. Denominada Casa Semilla se levantó en Concepción. Fue desarrollada por el Grupo de Manufactura Aditiva de la Universidad del Bío-Bío, para lo cual se utilizó el robot industrial KUKA KR120 y Atenea-UBB (una impresora de gran escala que puede imprimir capas de concreto con gran precisión).