Construir es la actividad favorita de los humanos, y habitar, la segunda, así que no es de extrañar que cada vez lleguemos más lejos con nuestros rascacielos.

Fuente: Ekos Negocios

Japón ha contextualizado una parte de su zona marina para convertirla en uno de los lugares más visionados del mundo. Sobre todo si terminan por construir allí el que será el rascacielos más grande del mundo: El Tokyo Sky Mile Tower (así, en inglés que suena más internacional).

El próximo rascacielos más grande del mundo

Su nombre te indica la altura que se espera que alcance: más una milla. O, en otros números, 1.700 metros de altura. Algo que lo pondrá en el podio como el edificio más alto del mundo, superando al Burj Khalifa y a otros que está en ejecución ahora mismo como la Torre Jeddah o la Dubai Creek Tower.

Los creadores de este espectacular proyecto, el estudio de arquitectura Kohn Pedersen Fox Associates y el de ingeniería Leslie E. Robertson Associates, lo imaginaron como parte del “Next Tokyo” 2045. Una especie de concurso futurista para la metrópolis nipona. Por supuesto, la idea no es solo que supere a cualquier otro edificio en altura, también es que lo supere en condiciones de vida, generando un espacio único.

Rodeado de agua y en una ciudad única

Se ubicará en la bahía de Tokio, cercado por agua y con espacio para albergar a unas 55.000 personas. Esto implica, de facto, una pequeña ciudad dentro de una metrópolis inmensa. Vamos, el sueño de cualquier generador de mangas o animes…

El diseño, por supuesto, luce magnificente y se basa en una figura geométrica en concreto: el hexágono. Con ella juega seccionando su fachada y generando formas capaces de “torear” al viento para evitar sus devastadores efectos.

Un edificio sostenible

A sus pies, unas islas artificiales con la misma planta geométrica protegerán a Tokio de inundaciones. Además, serán la base para, estiman, medio millón de personas (esto es pensar a lo grande ¿eh?). Muchas de ellas serán granjas eólicas, otras partes de la torre proporcionarán energía solar y habrá cultivos de algas. Todo para configurar un entorno sostenible con máxima eficiencia energética.

La propia fachada servirá como “recolector” de agua de las nubes (vivir en las nubes será posible, obvio), proporcionando este elemento indispensable para la vida al edificio en cotas impensables.  Por supuesto, se ha pensado en todo, en los materiales que se utilizarán y la forma de hacer, como hormigones de elevadas resistencias con apoyos de enormes cerchas metálicas, que repetirán patrón cada 320 metros.

Estos patrones irán alternándose de forma circular, moviéndolos de forma que coincidan en algunas plantas y dejando espacios libres al interior. Estos podrán utilizarse para distintas actividades, o simplemente para la instalación de distintos elementos de medición, control del edificio o instalaciones variopintas. Por ejemplo observatorios, zonas de investigación, etc, aunque creo que no estaría mal poner una piscina…

Mucho más que el rascacielos más grande del mundo

Y sí, obviamente han pensado que, en el que será el rascacielos más grande del mundo, la comunicación no sólo debería ser en vertical, también en horizontal. Ahí estarán los elevadores de levitación magnética sin cables de Thyssenkrupp, que trasladarán a los usuarios en los dos ejes X e Y (arriba-abajo y a ambos lados. Por supuesto, habrá de todo: comercios, bibliotecas, centros sanitarios, restaurantes, hoteles, y hasta gimnasios (que no todo es diversión).

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