La producción de asfalto de baja temperatura no es una novedad; de hecho, los ensayos del proceso comenzaron ya en la década de los 90. Sin embargo, dado que el equilibrio de los niveles de CO₂, la conservación de los recursos y la reducción del uso de la energía se han convertido hoy día también en el centro de atención de las autoridades de la construcción de carreteras, el asfalto de baja temperatura está en boca de todos.
Fuente: Carreteras Pan-Americanas
Las plantas de mezcla asfáltica de Benninghoven están presentes en todo el mundo y demuestran que las altas exigencias de calidad de la mezcla, la eficiencia económica y las estipulaciones vigentes para la protección del clima y la salud pueden conciliarse con excelencia.
¿Qué es el asfalto de baja temperatura?
El asfalto de baja temperatura es una mezcla que necesita una temperatura de producción de entre 110 °C y 130 °C. Por el contrario, los asfaltos calientes se producen a un rango de temperatura de entre 140 °C y 180 °C; aunque lo más habitual es una temperatura de 160 °C con betún caliente como ligante. La ventaja: la producción y el procesamiento de las mezclas de baja temperatura pueden llevarse a cabo casi como se haría de la manera convencional.
Reducción de la viscosidad del betún
El betún solo puede mojar y recubrir bien los áridos en la mezcladora a una temperatura aproximada de 140 °C; por debajo de esta temperatura, sigue siendo demasiado viscoso. Para reducir la temperatura durante la producción de asfalto, es necesario reducir temporalmente la viscosidad del betún; que se consigue añadiendo agua (betún espumado) o aditivos. Cuando el betún caliente se mezcla con el agua, el betún hace espuma y su volumen se multiplica. Esta mayor superficie permite una mejor humectación de los áridos en la mezcladora. Como resultado, el agregado queda bien recubierto incluso con temperatura reducida.
Gran potencia de ahorro de energía y CO₂
Según la asociación alemana del asfalto, ya una reducción de la temperatura de tan solo 30 °C supone un ahorro de 0,9 l de fueloil (o un equivalente de combustible) por tonelada de asfalto acabado; por lo que una producción diaria de 2.000 t de mezcla supone un ahorro de 1.800 l de aceite o hasta tres cuartas partes del consumo anual de energía para la calefacción de una vivienda. La reducción de las emisiones de CO₂ es de 6.000 kg al día.