Cuando se lleva a cabo una instalación de elementos domóticos en un hogar o en un edificio inteligente, pueden producirse errores durante el proceso, que deriven en un sobrecoste en materiales y en horas dedicadas por los profesionales a subsanarlos.
Fuente: Interempresas
Sobre estas casuísticas y buenas prácticas trató la jornada de cierre del curso ‘Introducción a los edificios y viviendas inteligentes’, organizado por Smartech Clúster y Fecotel, e impartido por un panel de expertos del sector: Ana Pérez, de Ingenium Ingeniería y Domótica; José Antonio Villa, de Siemens; Miguel del Castillo, de Zennio; y Francesc Soler, de Loxone.
Las buenas prácticas que recomendaron se pueden agrupar en distintas categorías, según la fase del proyecto domótico en la que se producen: planificación, instalación, puesta en marcha y mantenimiento.
En la fase de planificación:
- Elegir los dispositivos para el dimensionado de la instalación, en base a las necesidades y requerimientos del cliente.
- Desde el inicio, es importante buscar el confort del usuario y crear instalaciones dinámicas, así como un entorno ampliable, programable y personalizable.
- En el proceso de elaboración de un proyecto, los expertos recomiendan poner atención en los cambios que hay en cada versión e ir documentándolo, para tener registradas todas las funcionalidades y localizadas las modificaciones que puedan generar errores, reduciendo, así, el tiempo de resolución y, consecuentemente, su coste.
- Para evitar tener varios dispositivos que ofrezcan las mismas funcionalidades, o muy parecidas, y correr el riesgo de que acaben siendo ignorados y desaprovechados por el usuario, es importante su valoración previa y la integración de equipos.
- Para optimizar el rendimiento y la usabilidad de los dispositivos, se requiere determinar qué dispositivos sustituyen los elementos de una instalación convencional y, hacer el balance entre costes y funcionalidades que ofrecen.
En la fase de instalación:
- Es importante la formación en sistemas de control y en reglamento técnico de baja tensión (RITE y CTE), para evitar problemas en la obra.
- Seguir las pautas e indicaciones de los fabricantes, en cuanto al tipo de cableado a utilizar, evitará problemas posteriores de comunicación entre dispositivos.
- Concretar los objetivos que se buscan a la hora de ubicar y colocar detectores de presencia y otros dispositivos de detección, para evitar la colocación de dispositivos sobredimensionados, así como resultados no esperados. Es recomendable aprovechar barreras físicas como paredes, laterales o entrada de los baños, habitaciones y pasillos.
En la fase de puesta en marcha y mantenimiento:
- Es importante que los instaladores ajusten la programación de los dispositivos a las necesidades reales de los clientes y les expliquen qué posibilidades tiene el sistema de control, para así cumplir con sus expectativas. También es recomendable ofrecer un servicio de mantenimiento.
- El ciclo de vida de un edificio oscila entre los 40 y 50 años; por eso, se recomienda realizar un buen mantenimiento de los sistemas de control. De esta manera, se evitarán sobrecostes de reposición por un mal mantenimiento de las instalaciones. Además, es recomendable hacer mantenimientos predictivos, que permiten adelantarse a las incidencias, y también en remoto, lo cual ofrece una respuesta más ágil, frente a las incidencias y permite a los propietarios ahorrar costes.
No existe ningún proyecto de control capaz de eludir intervenciones, pero si se planifica su instalación, atendiendo las necesidades de los clientes, se instala teniendo en cuenta las especificaciones de los fabricantes y las funcionalidades esperadas. Si se hace un mantenimiento predictivo, se evitarán muchos fallos, un ahorro de dinero, tiempo y, los usuarios tendrán una experiencia de uso más satisfactoria.